1991, Gaio di Spilimbergo (Pordenone, Italia). Una pequeña localidad del norte de la península ve nacer la Asociación Cultural Rototom y se inaugura la Discoteca Rototom dónde muchos jóvenes artistas dan sus primeros pasos en sonidos jamaicanos.
1994 Se organiza, en el jardín de la discoteca, en Gaio, el primer encuentro reggae italiano, llamado Rototom Sunsplash. Posteriormente (2000) este se trasladaría a Osoppo, en Udine, tras pasar algunos años (1998-99) en Latisana Marittima, en la misma provincia.
2013, Benicásim (Castellón, España). 280.000 personas se dan cita durante 8 días para asistir a más de 300 conciertos y actuaciones entorno a la música reggae y la cultura Rastafari.

¿Qué pasó de por medio? A parte de los más de 20 años llenos de todo tipo de experiencias, sobretodo mucho amor por la música y la cultura y muchas personas. Personas que con sus energías y trabajo han transformado lo que fuera un pequeño festival en un pueblecito fronterizo de Italia, a un encuentro cultural de carácter internacional en el que se dan encuentro artistas, pensadores, músicos y todo tipo de gente de más de 100 nacionalidades distintas.

¿Pero qué es el Rototom Sunsplash? La respuesta es muy sencilla, pero cuesta expresarla sólo con palabras o imágenes. Para eso Els Argonautes ha vivido 8 días inmerso en un mar de gente de lugares y culturas de todo tipo, pero con un punto importante en común, el amor. El amor y respeto de los unos a los otros. La música jamaicana, entendido como género más que como localización geográfica, acompaña todo tipo de actividades.

A modo de aperitivo os dejamos algunas fotos de lo que pudimos ver y vivir. Como a una premio Nóbel de la Paz (de los de verdad) contar un cuento a los niños. O al hijo de rey del reggae congregar más de 60.000 personas para saltar al unísono. También tuvimos ocasión de conocer proyectos culturales y asociativos, probar comidas de muchos orígenes distintos, o bailar al son de una batucada mientras gente con zancas y malabares escupía fuego por la boca. Los niños, también protagonsitas en un festival que vive las 24h, tuvieron su colofón en forma de pasacalles que hizo bailar y reír a todo el mundo.
Los cientos de espacios distintos que uno se encuentra al pasear por los rincones del festival esconden sorpresas de todo tipo. Gente descansando, jugando con una pelota, haciendo malabares, pintando, bailando, haciendo masajes, sesiones de yoga, gente haciendo rastas, artesanos, bicicletas, zona para skaters, etc. Y en las variadas carpas y áreas, conferencias, seminarios, debates, asociaciones, ONG’s, y como no, música.
Resulta complicado de hecho, encontrar un solo lugar en el que no se escuche roots reggae, ska, dancehall, dub, o cualquiera de las muchas variantes de los sonidos rastafaris.
Obviamente la música fue la gran protagonista un cartel de lujo en el Mainstage, con grandes figuras jamaicanas como Skatalites, Israel Vibration, los históricos Third World o el cabeza de serie, Damian Marley. Pero en ese mismo escenario disfrutamos de sonidos más peninsulares como el ska Fermín Muguruza, la rumba de la Pandilla voladora, y reggae made in spain con los madrileños Morodo y Fyahbwoy o con los ganadores del certamen Iberica All Stars. Y muchos otros músicos llegados de todo el mundo como los Groundation, Alborosie, Gondwana, Africa Unite, etc, ofrecieron grandes también conciertos para un público entregado con cada uno de ellos.
La frescura de las bandas menos conocidas la pudimos encontrar en escenarios como el Showcase, el Skaclub o la Dubstation. Gente como los italianos Mellow Mood, el alemán Sebastian Sturm, Skaff Links venidos de Japón, los británicos Vibronics o los colombianos de Alerta Kamarada, entre muchísimos otros, dieron color al mapa musical del festival y llenaron de música los altavoces y subwoofers todas las noches hasta el amanecer.
